EUROPA
PRESS
10
mayo 2016
A medida que la piel envejece, se vuelve menos firme y menos
elástica, con problemas que pueden agravarse por la exposición al sol. Esto
deteriora la capacidad de la piel para protegerse contra temperaturas extremas,
toxinas, microorganismos, radiación y lesión.
Hace unos diez años,
científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts
(MIT, por sus siglas en inglés) se propusieron desarrollar una capa protectora
que podría restaurar las propiedades de la piel sana, tanto para aplicaciones
médicas como cosméticas.
"Empezamos a pensar en
cómo podríamos ser capaces de controlar las propiedades de la piel mediante el
recubrimiento con polímeros que imparten efectos beneficiosos. También queríamos
que fuera invisible y cómodo", señala el doctor Daniel Anderson,
profesor asociado en el Departamento de Ingeniería Química del MIT y miembro
del Instituto Koch de Investigación Integrativa del Cáncer y del Instituto para la Ingeniería
Médica y la Ciencia (IMES, por sus siglas en inglés).
Tras años de trabajo lo han
conseguido, junto al el Hospital General de Massachusetts,
'Living Proof' y 'Olivo Labs'
han desarrollado un nuevo material que puede proteger temporalmente y tensar la
piel y suavizar las arrugas. Con un mayor desarrollo, también podría emplear
para administrar fármacos para ayudar a tratar enfermedades de la piel, como
eczema y otros tipos de dermatitis.
El material, un polímero a
base de silicona que se podría colocar en la piel como una capa fina e
imperceptible, imita las propiedades mecánicas y elásticas de la piel sana y
joven. En las pruebas con seres humanos, los investigadores vieron que el
material podía cambiar la forma de las "bolsas de los ojos" debajo de
los párpados inferiores y también mejorar la hidratación de la piel. Esta
especie de "segunda piel" podría también adaptarse para proporcionar
una protección contra los rayos ultravioleta de larga duración, según los
autores.
"Es una capa invisible
que puede proporcionar una barrera, una mejora estética y, potencialmente,
suministrar un fármaco localmente en el área que está siendo tratada. Esas tres
cosas juntas podrían realmente hacerlo idóneo para su uso en seres
humanos", dice Anderson, quien ha sido uno de
los autores del artículo que describe el polímero en la edición digital de 'Nature Materials'.
A raíz de una biblioteca de cien polímeros
Los investigadores crearon
una biblioteca de más de cien posibles polímeros, todos los cuales contenían
una estructura química conocida como siloxano, una
cadena de átomos de silicio y oxígeno alternantes. Estos polímeros pueden ser
ensamblados en una disposición en red conocida como una capa de polímero
reticulado (XPL).
Entonces, los científicos
probaron los materiales en busca de uno que imitara mejor la apariencia, la
fuerza y la elasticidad de la piel sana. "Tiene que poseer las propiedades
ópticas adecuadas, de lo contrario no va a quedar bien, y tiene que presentar
las propiedades mecánicas adecuadas, de lo contrario no tendrá la fuerza
correcta y no funcionará correctamente", dice Langer.
El material con mejor
comportamiento tiene propiedades elásticas muy similares a las de la piel. En
pruebas de laboratorio, volvió fácilmente a su estado original después de ser
estirado a más del 250 por ciento (la piel natural se puede alargar
aproximadamente un 180 por ciento). En pruebas de laboratorio, la elasticidad
de XPL era mucho mejor que la de los otros dos tipos de apósitos para heridas
que ahora se utilizan en la piel: hojas de gel de
silicona y láminas de poliuretano.
"La creación de un
material que se comporte igual que la piel es muy difícil", dice Barbara Gilchrest, dermatóloga en
el MGH y autora del documento. "Muchas personas han tratado de hacer esto
y los materiales que han estado disponibles hasta éste no han tenido las
propiedades de ser flexibles y cómodos, no irritantes y capaces de adaptarse a
la circulación de la piel y volver a su forma original", agrega.
El XPL se entrega
actualmente en un proceso de dos pasos. En primer lugar, los componentes de polisiloxano se aplican a la piel, seguidos de un
catalizador de platino que induce el polímero a formar una película reticulada
fuerte que permanece en la piel durante un máximo de 24 horas. Este catalizador
tiene que añadirse después de que el polímero se aplique porque después de este
paso el material se queda demasiado rígido para propagarse. Ambas capas se
aplican en forma de cremas o ungüentos y una vez extendidas sobre la piel, XPL
se vuelve esencialmente invisible.
Los investigadores llevaron
a cabo varios estudios en humanos para probar la seguridad y eficacia del
material. En un estudio, XPL se aplicó en la zona debajo de los ojos, donde a
menudo se forman "ojeras" a medida que la piel envejece. Estas bolsas
bajo los ojos son causadas por la protrusión de la
almohadilla de grasa subyacente a la piel del párpado inferior. Cuando se
aplicó el material, proporcionó una fuerza de compresión constante que estiró
la piel, un efecto que duró aproximadamente 24 horas.
En otro análisis, se aplicó
XPL en la piel del antebrazo para probar su elasticidad. Cuando la piel
tratada-XPL se distendió con una ventosa, regresando a su posición original más
rápido que la piel no tratada. También estudiaron la capacidad del material
para evitar la pérdida de agua de la piel seca, viendo que dos horas después de
la aplicación, la piel tratada con XPL sufrió mucha menos pérdida de agua de la
piel a la que se le aplicó una crema hidratante comercial de gama alta.
La piel revestida con
vaselina fue tan eficaz como XPL en pruebas realizadas dos horas después del
tratamiento, pero tras 24 horas, la piel en la que se puso XPL había retenido
mucha más agua. Ninguno de los participantes del estudio tuvo irritación por el
uso de XPL.